Resulta difícil entender que alguien entregue su amor, su cariño y tal
vez su pasión a 40 kilos de plástico, por mucho que le hayan dado la
forma de una adorable jovencita. Así y todo, en Japón la producción de
muñecas de tamaño real apenas logra cubrir las demandas afectivas de una
población que cada vez siente un menor interés por las relaciones,
siempre problemáticas, con seres de carne y hueso. Y las consecuencias
de ello superan con mucho en gravedad y amplitud a las pesadumbres
personales.
miércoles, 12 de diciembre de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios :
Publicar un comentario